viernes, 24 de abril de 2015

Relación verdadera de la identidad de la historia indigena salvadoreña


Las informaciones acerca de Anastasio y la sublevación indígena son incompletas y erróneas.Pero según la información que encontramos acerca del Indio Anastasio Aquino es que es nacido en Santiago Nonualco, 16 de abril de 1792- y muere en San Vicente, 24 de julio de 1833; además se dice que fue un líder indígena salvadoreño que encabezó la insurrección de los nonualcos, un levantamiento campesino en El Salvador durante la existencia de la República Federal de Centro América. Nació en el seno de una familia que pertenecía al linaje de los Taytes (Caciques) de la etnia de los Nonualcos, pueblo indígena que ocupaba el actual territorio del departamento de La Paz.


El Indio Atlacatl
El indio Anastasio Aquino es uno de los más populares. Indagando al ver cómo trataban los patronos a sus peones indios, Aquino comandó una peligrosa insurrección en la región de los nonualcos (zona para central del país) durante el año 1833. Tanta fuerza cobró el levantamiento que Aquino pudo penetrar con sus tropas en la ciudad de San Vicente y tuvo, además, la osadía de coronarse, él mismo, Rey de los nonualcos, utilizando para ello la corona que ostentaba uno de los santos del templo donde coronó. Aquino dictó leyes draconianas («Al que robe una vez se le cortará una mano; al que robe de nuevo se lo fusilará») y sólo fue vencido a causa de la traición de uno de sus lugar tenientes.

Desde el siglo XX ha sido tomado como un símbolo de rebeldía y libertad por parte de los sectores políticos de izquierda.También el arte se ha volcado sobre su figura. Aunque no se sabe con certeza la apariencia física de Aquino, popularmente se le describe como un individuo recio, moreno y de abundante pelo.



Atlacatl versus Anastasio Aquino

Si podemos tener un símbolo de la resistencia nacional indígena este es Anastasio Aquino, ¿pero por qué se potenció a la mentira? La verdad es que son tres las mentiras en relación al indigenismo nahua-pipil y lenca: Atonal para occidente, Atlacatl para el centro, Huistaluxitl para oriente. Sobre esto los expertos en literatura como Jorge Lardé y Larín en su obra, El Salvador: Descubrimiento, conquista y colonización, nos ilustra sobre esto.


Y  La respuesta a la que llegarón es que: existió  y aun persiste el criollo-centrismo como la manera de entender al indígena que habitó Cuzcatan y los “reinos” Nequepio y Chaparrastique. De igual un indio Atlacatl que resistió, pero al cual no se le puede rastrear su pensamiento es más útil que uno que existió y que fue su lucha, una contra el despotismo y abuso de los conservadores de la época.




Una de las grandes dificultades del cerebro de Centro América (El Salvador) ha sido la discusión sobre cuál debe ser el símbolo nacional o, cuando menos cuáles deben ser esas personificaciones, valores, concepciones y acuerdos nacionales. Este tema siempre lo han ganado los conservadores imponiendo sus signos sobre las mayorías, que mal educadas y preocupadas por subsistir terminan asumiendo ideogramas que nada tienen que ver con ellos.
La discusión pendiente es sobre la cosmovisión Maya, ya que desde allí se origina nuestra historia, de cómo nos volvimos violentos de carácter, migrantes y con poca creatividad o la ausencia de respeto al orden.

Durante el periodo de las presidencias militares, donde se vivió bajo un riguroso conservadurismo y por ende de ideas en blanco y negro, se volvía necesario que se construyera una historia oficial acorde a las exigencias de las ideas dominantes del momento.
Una gama de artistas y escritores que simpatizaban con el estatus  creyendo hacerle un bien, se dedicaron a construir ídolos con pies de barro cuyas fuentes históricas no existen.


Y es por eso el suponer con justa lógica que debió existir un mando indígena con jefes y estructura social, pero de allí a saber con exactitud que se llamaron Atlacatl, Atonal o Huistaluxitl es además de temerario un engaño. Si de tener un héroe indígena se trata, es el momento de comenzar hacerle justicia a Anastasio Aquino.




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