Bonampak es un sitio arqueológico maya ubicado en la Selva Lacandona, en el municipio de Ocosingo,
en el estado de Chiapas, México cerca de
la frontera de México y Guatemala, pertenece a las ciudades de la cuenca del
Usumacinta, esta es una zona arqueológica que fue dependiente de Yaxchilán;
Todas las estructuras del sitio parecen haber sido construidas entre los años
580 y 800.
El nombre Bonampak significa
en vocablo maya “Muros Pintados” y en ello se dice recide la fama de este
sitio, ya que sobre los muros de los recintos hay pinturas muy vistosas que
aportan mucho acerca de la vida cotidiana de los mayas.
Sobre los frescos de Bonampak puedo decir que las pinturas datan del año
790, las cuales se realizaron con una técnica donde sobre un enlucido fresco de
cal se aplicaron los pigmentos en un medio de agua cal mezclado con un
aglutamiento orgánico se pude denotar en
los murales que este trabajo fue realizado por mas de dos personas, los murales
demuestran una serie de eventos de su actualidad con gran realismo de los
cuales están en tres cuartos y podemos decir que el primero de ellos representa
una procesión de sacerdotes y nobles, así como también una orquesta toca
trompetas de madera, tañe tambores y toca otros instrumentos mientras los
nobles charlan entre si.
En el segundo se muestra una
escena de guerra, con prisioneros a los que les son arrancadas las uñas de los
dedos de las manos, sentados ante el Señor Chan Muwan de Bonampak donde se dice
que los prisioneros eran preparados para el sacrificio, el tercero muestra una
ceremonia con bailarines ricamente ataviados y usando mascaras de dioses y a la
familia gobernante punzándose la lengua con agujas de maguey hasta hacerla
sangrar, en uno de los muchos tipos de sacrificio que practicaban los meso
americanos, esta escena esta acompañada por fechas numerales y los nombres de
los participantes en la ceremonia.
No existe otro trabajo
relacionado con los mayas que nos acerca a la vida de la corte con gran detalle
como lo hace estos murales de Bonampak, en sus murales son recurso sin paralelo
en la comprensión de la sociedad antigua, donde podemos decir que no existe
otras pinturas que nos expresen una compleja visión de la sociedad prehispánica
como estas pinturas.
En muchos casos los nombres
y circunstancias de los descubrimientos modernos se desvanecen rápidamente en
el olvido .En otras ocasiones sucede lo contrario: el nombre de Howard Carter
permanecerá vinculado al del rey Tut o el de Hiram Bingham a Machu Picchu. Han
sido olvidados los nombres de los trabajadores que se toparon con la Coyolxauhqui,
que habría de cambiar por completo la fisonomía del Centro Histórico de México,
para dar paso a nombres de arqueólogos como Eduardo Matos Moctezuma, por
ejemplo, quien dio un valor interpretativo al descubrimiento.
No se trata de
quién descubre algo, per se, sino de quién le da su lugar al descubrimiento, un
lugar prominente en el complejo tejido del conocimiento.
La historia del
descubrimiento de Bonampak no se remite solamente a un descubrimiento; se
refiere también a la atención que los medios de comunicación modernos enfocaron
sobre los mayas, ya que fue el primer gran descubrimiento en México y Guatemala
después de la Segunda Guerra Mundial, y es, además, una historia cuajada de
intrigas internacionales, reclamos y adjudicaciones, y profusa cobertura
periodística. El campo de los estudios mayas siempre ejerció un gran atractivo
sobre los aficionados, sobre todo si podían añadir algún acento interpretativo
a sus descubrimientos.
La arqueología más antigua se fincó esencialmente en el
descubrimiento mismo, si bien su éxito también dependía, incluso entonces, de
que fuera acompañada por textos escritos interpretativos y documentación
convincente. La importancia de John Lloyd Stephens no radica en que haya
viajado a Copán, Honduras, y Palenque, Chiapas, ya que no era el primero en
hacerlo, sino en que pudo dar una versión de su viaje atractiva por varias
razones: en primer lugar, la documentación gráfica de Frederick Catherwood,
hermosa y exacta; en segundo, la descripción de los edificios y monumentos tal
como le era dado interpretarlos y, por último, los “incidentes de viaje” que
acercaban al lector a su experiencia mediante una prosa pulcra y eficiente.
Ahora bien vamos describir
cada uno:
El Templo de los Frescos
está al pie de una colina natural terraceada, hacia arriba hay otras edificaciones,
en su conjunto alcanzan los 46 m de altura. La construcción tiene tres puertas
que conducen a igual número de cuartos independientes, cuadrados y con techo en
falsa bóveda.
Paredes y techos fueron
ilustrados de manera similar, la escena principal se presenta al espectador a
su entrada, y la mayoría de los personajes dirigen la mirada hacia el centro.
Cuarto I: En la escena
principal ante el gobernante Yajaw Chan Muwan II acompañado por sus esposas, es
presentado un niño pequeño, probablemente futuro heredero. En las paredes
circundantes, hay un grupo de señores con ropas blancas miran al centro. En el
panel inferior se destaca una procesión de músicos. El evento está fechado en
diciembre de 790.
Cuarto II: Se representa la
batalla del 2 de agosto de 792, la victoria de Bonampak y la presentación de
los prisioneros. Chan Muwan II con pieles de jaguar, controla al cautivo
principal, se observan a los otros, despojados de ropas, con la sangre que cae
de sus uñas tras la tortura.
Cuarto III: Se puede ver la
ceremonia de victoria con dirigentes, músicos, danzantes y prisioneros de
guerra. En un costado de la escena tenemos al gobernante junto con su familia
realizando un autosacrificio, dando gracias a los dioses por la victoria
conseguida.